Dos aleznas no se pinchan…

Los relatos que forman este libro, los he ido escribiendo a lo largo de mucho tiempo, son un testimonio de lo que ha pasado en México, en los años ya por finalizar de los "gobiernos de la revolución". He procurado ser actor y no sólo testigo de mi tiempo y crítico de mis contemporáneos, pero no puedo dejar de relatar lo que vi o lo que oí, aun cuando por falta de datos precisos y por gusto personal, estos relatos han tomado la forma de cuentos y no de verdaderas crónicas.
Chesterton dice que las leyendas contienen más verdad que las historias porque encierran la miga de los hechos y confunden los detalles de personajes, lugares y épocas. Estos cuentos, cronicuentos, tienen esa pretensión, quieren expresar el busilis de un relato, aunque sean imprecisos en lo demás. Sé que no inventé esta forma de escribir y describir, que famosas novelas históricas la han usado antes y que folletines sin calidad también lo han hecho. Espero no desentonar con las primeras y no quedar confundido entre los segundos. Sin embargo, no interesa tanto el valor literario como el testimonial y valga esto de pretexto para esta publicación, que según espero, sirva para entender algo de lo ininteligible de este país México y de este siglo XX tan confuso, en el que quizá más que en ninguno de la historia, se da el doble progreso contrario del bien y del mal de que habla Maritain.

Abrir documento